17.1.10

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La historia del argentino que acabó de la nieve hasta donde la espalda pierde su nombre

Me envía una amiga un documento sonoro que no tiene desperdicio. Seguramente, los que viven en climas fríos y con nieve habrán pensado alguna vez lo que este buen hombre argentino comenta en tono de humor.

Os recomiendo la escuha es muy bueno. Yo me quedo con este fragmento, fiel reflejo de mis pensamientos en estos últimos días:
"Tengo las manos llenas de callos por culpa de la pala. Creo que el cornudo de la moto-niveladora me vigila, y apenas termino (de espalar) vuelve a pasar y me llena de nieve todo otra vez. Me cagüen la moto-niveladora, y en el trolo que la maneja".




8 comentarios:

El tejón dijo...

Me reí muchisimo la primera vez que lo escuché y me he vuelto a reir al oirlo de nuevo.

Alto Sil dijo...

Buenísimo

Millaró dijo...

Buenísimo. Es increible que con lo lejos que están y lo que tienen en común con nosotros en lo que a este aspecto se refiere. Sin duda es algo que nos pasa a todos.
Si señor, me reí mucho. Me imaginaba al Richard de Toronto con la quitanieves pasando por allí.
Un saludo.

Cubillas de Arbas dijo...

¡Muy bueno! ¡Si es que tenía que nevar únicamente en las estaciones de esquí!

Anónimo dijo...

Es buenísimo creo que no me reía tanto desde hacia mucho tiempo.

Anónimo dijo...

Muy muy bueno. Todavía no he parado de reirme.

Xistréu

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Acabo de llegar a tu blog y me encuentro con esta historia-carta que ya conocía en varias versiones. Me reí mucho cuando la leí en versión chilena, pero, todas son muy divertidas.
Nosotros acá en Suecia ya entramos al otoño y vamos camino de ese largo y tedioso invierno.
Te dejo un saludo desde Escandinavia.

Muchacha con sombrero dijo...

jajajaja qué bueno está! saludos

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